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Alcoholismo: una enfermedad mental silenciosa

El alcoholismo, una enfermedad mental y física que afecta a millones de personas en España y alrededor del mundo, causa millones de muertes cada año. El alcohol es una droga socialmente aceptada y, a priori, inofensiva, sin embargo, en 2020 tres millones de personas perdieron la vida por el alcoholismo, el doble de las que se llevó la pandemia.

Es por tanto de vital importancia encontrar el tratamiento adecuado para el alcoholismo, ingresando en un centro de desintoxicación o eligiendo un tratamiento ambulatorio como la Estimulación Magnética Transcraneal.

Alcoholismo: una enfermedad mental silenciosa

El alcoholismo es una enfermedad grave que se caracteriza por un consumo desmedido y recurrente de alcohol y la dependencia de este.

Al generarse una dependencia, las personas que padecen alcoholismo tienen muchas dificultades para controlar el consumo y presentan síntomas de abstinencia cuando abandonan la bebida. Además, esta enfermedad cursa con fuertes episodios de intoxicación que repercuten directamente sobre la salud mental y física del alcohólico.

El alcoholismo no es un vicio ni un hábito, sino una patología crónica y progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo y puede tener graves consecuencias para la salud.

Sin embargo, es el alcoholismo una enfermedad mental silenciosa, ya que socialmente beber alcohol está bien visto y aceptado, y existe aún un enorme estigma que recae sobre el alcoholismo y quien lo sufre. Por este motivo, muchas personas que sufren alcoholismo no son conscientes de ello, o se avergüenzan y se esconden.

Las personas con alcoholismo pueden desarrollar problemas físicos, mentales y emocionales, además de problemas sociales y laborales.

Es un trastorno complejo y puede ser causado por una combinación de factores, como la genética, el entorno o determinadas circunstancias. Aunque no existe aún una cura definitiva, hay tratamientos muy efectivos disponibles que pueden ayudar a las personas a mantenerse abstemias y a llevar vidas saludables.

Alcoholismo: una enfermedad mental que puede derivar en otras

El alcoholismo es una enfermedad mental grave que puede tener un impacto devastador en la vida de la persona que lo sufre y quienes le rodean. Además de los efectos físicos del alcohol en el cuerpo, el alcoholismo también puede derivar en una serie de problemas mentales y emocionales.

Una de las consecuencias más comunes, por ser el alcoholismo una enfermedad mental y alterar diversos neurotransmisores cerebrales, es la depresión.

El alcohol puede generar una depresión o aumentar los síntomas de una ya existente, provocando así que sea más complicado superarla.

Otra enfermedad mental asociada al alcoholismo es el trastorno de ansiedad. El alcohol empeora los síntomas de la ansiedad, además, incrementa el riesgo de desarrollarla, sufrir ataques de pánico o sufrir trastorno de estrés postraumático.

Como es el alcoholismo una enfermedad mental, también es posible que contribuya al desarrollo de trastornos de personalidad como el trastorno límite de la personalidad, el trastorno narcisista o el trastorno bipolar. Estos trastornos afectan gravemente la forma en que la persona alcohólica se relaciona con los demás.

Del mismo modo, el alcoholismo aumenta las posibilidades de sufrir un brote psicótico o desarrollar esquizofrenia, cuyos síntomas cursan con alucinaciones auditivas y/o visuales, delirios y pensamientos irracionales.

Por tanto, aunque sea en sí mismo el alcoholismo una enfermedad mental, fomenta el desarrollo de otros posibles trastornos mentales que también deberán tratarse con ayuda profesional.

Alcoholismo: una enfermedad mental y física

Es el alcoholismo una enfermedad mental, pero también física, y la dependencia a esta sustancia conlleva consecuencias en ambas esferas.

A pesar de ser el alcoholismo una enfermedad mental, las consecuencias físicas y el deterioro que produce en el organismo es algo a tener en cuenta, ya que, quizás, provoque otras enfermedades que haya que tratar más adelante, incluso una vez superado el alcoholismo, siendo algunas de ellas irreversibles.

Algunas de las posibles secuelas pueden ser el desarrollo de enfermedades como múltiples tipos de cáncer, problemas de páncreas, cirrosis, enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, presión arterial alta o problemas digestivos entre otras.

Alcoholismo: una enfermedad mental que tiene tratamiento

Siendo el alcoholismo una enfermedad mental, tiene tratamiento, puede superarse y controlarse al igual que otras. Para ello, existen diversos métodos que ayudan a reducir los síntomas físicos y psicológicos que produce la abstemia, al mismo tiempo que se supera la enfermedad.

Psicoterapia

Al ser el alcoholismo una enfermedad mental, la psicoterapia es de lo más importante durante el tratamiento. Es fundamental abordar la enfermedad no solo desde un punto de vista físico sino también mental y emocional, donde reside realmente el problema.

Al encontrar, de la mano de un terapeuta especializado, la raíz del problema, es más fácil superarlo.

Con la terapia cognitivo-conductual se consiguen reconducir patrones de conducta y aprender herramientas que contribuyan a poder lidiar con la ansiedad y el estrés que supone la abstemia.

La psicoterapia es un tratamiento recomendable durante y después de la desintoxicación alcohólica, ya que, a la larga, consigue evitar recaídas.

Medicación

Aunque no existe aún un tratamiento farmacológico que cure el alcoholismo definitivamente, la FDA aprueba tres medicamentos para tratarlo. Estos medicamentos, que han resultado ser altamente efectivos, son: la naltrexona,el disulfiram y el acamprosato.

Lamentablemente, pese a la eficiencia de estos medicamentos, tienen múltiples efectos secundarios todos ellos como cualquier otro fármaco, entre ellos, vómitos, náuseas, somnolencia, dolores, pérdidas de memoria o fiebre, entre otros.

Es por esta razón que cada vez más personas alcohólicas deciden buscar otros métodos para tratar su problema de alcoholismo.

Estimulación Magnética Transcraneal (o EMTr)

Al ser el alcoholismo una enfermedad mental y física, hay que buscar un tratamiento que abarque los dos planos.

La Estimulación Magnética Transcraneal, también conocida como EMTr, es la última innovación en tratamientos para adicciones, entre ellas el alcoholismo.

La EMTr actúa directamente en las regiones del cerebro responsables de la adicción, regulando y reequilibrando el funcionamiento de químicos y neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Esto lo hace a través de pulsiones magnéticas muy ligeras que llegan al cerebro de forma inmediata e indolora, por ello, los resultados se notan desde la primera semana de tratamiento.

Algunos fármacos también consiguen devolver el equilibrio a la bioquímica cerebral durante el proceso de tratamiento del alcoholismo, sin embargo, estos medicamentos tienen innumerables efectos secundarios, al contrario de la EMTr.

La EMTr no tiene efectos secundarios, es la mejor alternativa a la medicación.

Además, es una técnica ambulatoria, por lo que el paciente podrá tratar su problema de adicción al alcohol al mismo tiempo que continúa con su rutina, sin necesidad de ser ingresado.

La UE ya avala y aprueba la Estimulación Magnética Transcraneal como tratamiento para el alcoholismo.

En Newline llevamos años tratando a decenas de pacientes que han superado con éxito su adicción al alcohol, más de 200 personas pueden decir que han superado el alcoholismo con nosotros y la EMTr. Somos pioneros en España en el uso de esta avanzada técnica y nuestro equipo psiquiátrico es el más cualificado, ya que tienen décadas de experiencia tratando a pacientes con problemas de alcoholismo.

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