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Cocaína y dopamina: el origen de la adicción

Muchos se preguntan cuál es la relación entre cocaína y dopamina y cómo influye esta droga sobre dicho neurotransmisor y sus funciones. ¿Cómo afecta la dopamina en el desarrollo de la adicción y cómo dejar la coca cuando esta ya se ha generado?

 

¿Qué es la cocaína?

La cocaína es una droga altamente adictiva que afecta y estimula directamente al sistema nervioso central.

Es la principal droga responsable de las muertes relacionadas con estupefacientes en España. Es enormemente adictiva y provoca graves secuelas sobre la salud de la persona adicta.

Una de las razones de su potencial poder adictivo radica en su interacción con la dopamina, un neurotransmisor clave en el cerebro humano.

Diversos estudios han estudiado y demostrado cuál es el funcionamiento de la cocaína en el cerebro y cuál es la relación entre cocaína y dopamina.

Hay determinadas zonas del cerebro que se excitan al entrar en contacto con estímulos gratificantes, como el sexo o la comida. Del mismo modo ocurre con la cocaína.

La cocaína aumenta enormemente los niveles de dopamina en el cerebro.

¿Qué es la dopamina?

La dopamina es el neurotransmisor cerebral encargado de diversas funciones como la memoria, la toma de decisiones o la sensación de placer.

Este neurotransmisor está directamente involucrado en el sistema de recompensa cerebral y juega un papel crucial en la regulación del placer, la motivación y el estado de ánimo.

Actúa como un mensajero químico, transmitiendo señales entre las células nerviosas del cerebro. Cuando se realiza una actividad gratificante o se experimenta algo placentero, las células nerviosas en ciertas áreas del cerebro liberan dopamina. Esto crea una sensación de recompensa y refuerza el comportamiento asociado con esa experiencia placentera.

La comida, el sexo, el ejercicio y otras actividades gratificantes estimulan la liberación de dopamina en cantidades normales y saludables.

Entonces ¿qué ocurre cuando con la cocaína y dopamina?

Cocaína y dopamina: el origen de la adicción

¿Cómo interactúan cocaína y dopamina y por qué su relación es determinante en el proceso adictivo?

Cocaína y dopamina están directamente relacionadas.  La droga interfiere en el proceso de comunicación normal entre neuronas. La cocaína se adhiere a la proteína receptora de la dopamina que se encarga de transportarla y reciclarla y, por tanto, bloquea su eliminación.

Como resultado, se produce una acumulación de dopamina que da lugar a la enorme y efímera euforia inicial que produce esta droga.

La adicción se produce al sobreestimular constantemente los circuitos dopaminérgicos, esto genera profundas alteraciones en el funcionamiento y la disposición de dopamina en el cerebro que harán que el usuario necesite volver a consumir para sentir placer y, además, cada vez en cantidades mayores, ya que poco a poco generará tolerancia a la droga y no le producirá los mismos efectos las cantidades del principio.

Cocaína y dopamina van de la mano y son las responsables del desarrollo de la dependencia y la adicción ya que, como se ha mencionado anteriormente, la cocaína genera fuertes explosiones de dopamina de manera artificial, lo que hace que el cerebro deje de producirla por sí mismo de forma natural y se altere su funcionamiento.

Diversos estudios realizados con neuroimágenes han mostrado una notable disminución de los receptores de dopamina en el cerebro de personas que padecen drogadicción respecto a las que no.

 

Cocaína y dopamina: ¿cómo puede afectar a largo plazo?

La adicción a la cocaína no es un vicio sino una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.

A medida que la adicción se desarrolla, el cerebro se adapta a los efectos de la droga y se vuelve menos sensible a la dopamina natural. Esto significa que los usuarios de cocaína requieren dosis cada vez mayores para alcanzar los mismos niveles de placer y satisfacción que experimentaban inicialmente.

Además de su potencial adictivo, la cocaína también tiene una serie de efectos negativos sobre la salud física y mental, causando estragos y consecuencias en ocasiones irreversibles.

El consumo de cocaína puede causar daños físicos como alteraciones y problemas cardiovasculares, incluyendo arritmias, hipertensión y aumento del riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, problemas respiratorios y daños cerebrales.

También provoca trastornos psicológicos y psiquiátricos como trastornos del estado de ánimo, ansiedad, paranoia, psicosis, trastorno bipolar o ataques de pánico.

Tratamientos para la adicción a la cocaína

La adicción es una patología producto de la actuación de cocaína y dopamina en el cerebro y una alteración del funcionamiento de esta última, como se ha explicado anteriormente.

La dependencia a la cocaína puede acabar con la vida del adicto, así como con todo cuanto quiere, como su familia, trabajo, hogar y salud física y mental.

Es imprescindible identificar el problema a tiempo para poder buscar ayuda especializada y realizar un tratamiento adecuado para la desintoxicación.

De los tratamientos disponibles para las adicciones, no hay ninguno farmacológico desarrollado específicamente para curarlas. Sin embargo, sí existe un tratamiento que reduce los síntomas del mono en poco tiempo sin medicación y logra que el adicto se mantenga abstemio con resultados a largo plazo: la Estimulación Magnética Transcraneal.

 

Estimulación Magnética Transcraneal

La EMTr es una técnica innovadora y revolucionaria que lleva en uso más de 20 años como tratamiento para las adicciones y otros trastornos. Su altísima tasa de éxito y eficacia están aprobadas por la Unión Europea.

Este es el único tratamiento que consigue actuar sobre la verdadera raíz de la adicción: su parte neurológica.

De este modo, trabajando sobre el origen de problema, se consiguen resultados notables en muy poco tiempo. Al cabo de pocos días de tratamiento, el paciente verá drásticamente reducidas sus ganas de consumir, así como el “mono”.

Este revolucionario tratamiento consiste en aplicar mediante una bobina que se coloca sobre la cabeza del adicto, una serie de descargas electromagnéticas ligeras e imperceptibles. Estas descargas alcanzarán de forma indolora el cerebro y, de este modo, restaurarán las zonas neuronales dañadas. Así mismo consiguen reequilibrar sus neurotransmisores, su el funcionamiento y disposición.

La EMTr es un tratamiento seguro y sin efectos secundarios, a diferencia de los medicamentos convencionales.

Además, es una técnica ambulatoria que no requiere de ingreso hospitalario, por tanto, el paciente podrá compaginar perfectamente el tratamiento con su vida personal y laboral.

En Newline llevamos muchos años tratando a infinitud de pacientes con problemas de adicción. Somos el primer centro especializado en EMTr en España y hemos logrado gracias a nuestro equipo de psiquiatras altamente cualificado que más de 200 personas superen su adicción con la EMTr.

 

 

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