Desde una perspectiva médica, resulta difícil determinar cuáles son las drogas más peligrosas, ya que todas suponen amenazas diversas para la salud de quienes las consumen. No obstante, sí es posible analizar los factores de riesgo de algunas de las sustancias más conocidas y consumidas.
De este modo, se puede calibrar la peligrosidad de una sustancia atendiendo a su grado de toxicidad, la adicción que provoca o la posibilidad de sufrir una sobredosis tras su consumo, entre otras amenazas.
Un ranking de las drogas más peligrosas
Para considerar cuáles son las drogas más peligrosas, conviene definir en primer lugar qué es una droga, un término que suele generar confusión.
¿Qué es una droga?
Existen muchos tipos de drogas y la mayoría comparten varias características:
- Tienen capacidad de alterar el sistema nervioso central, la percepción y la conducta,
- Crean un riesgo de generar dependencia física o psicológica a la sustancia.
- Se entiende además que, a diferencia de los fármacos, las drogas no se utilizan con fines médicos ni terapéuticos.
El Alcohol
En este sentido, el alcohol (pese a ser una sustancia legal) es una de las drogas más peligrosas tanto por los efectos tóxicos que provoca como por su potencial para generar adicción en los usuarios. Enfermedades como la cirrosis hepática, pancreatitis o diferentes tipos de cáncer (entre otros muchos desórdenes) están directamente relacionados con el consumo de alcohol, lo que hace de esta sustancia una de las sustancias más peligrosas.
El tabaco
De igual modo, el tabaco es socialmente tolerado aunque es una de las drogas con mayor mortalidad asociada por su toxicidad. El cáncer de pulmón, de boca o de laringe, o los problemas cardiovasculares son las principales amenazas vinculadas al tabaquismo.
Drogas opiáceos
Por otra parte, dentro de las drogas ilegales, aparecen los opiáceos (heroína, metadona…) como algunas de las drogas más peligrosas. La principal amenaza de estas sustancias va muy ligada a la posibilidad de sufrir una sobredosis y a la necesidad de consumo continuado que generan. Su uso por vía intravenosa también comporta graves riesgos de infección: tal y como indica la OMS, el consumo de drogas inyectables y el virus del VIH están intrínsecamente relacionados.
La cocaína
Como contrapartida, el principal riesgo que plantean los psicoestimulantes como la cocaína es conductual y psiquiátrico. La cocaína tiene un poderoso efecto sobre los circuitos cerebrales relacionados con las adicciones, de modo que es una de las drogas más peligrosas en cuanto a la dependencia que produce. Además, debido a que el cuerpo humano metaboliza de forma rápida la cocaína, el usuario tiende a consumir grandes cantidades, generando una conducta de mayor riesgo.
Igualmente, el consumo de cocaína está relacionado con la aparición de brotes psicóticos y paranoia en el usuario, y otros problemas psicológicos como el síndrome de Magnan y la ansiedad.
Tampoco debe desdeñarse de ningún modo la posibilidad de sufrir una sobredosis de cocaína que ponga en peligro al usuario o a su entorno.
El cannabis
Por último, se tiende a pensar que los derivados del cannabis son poco peligrosos, una percepción que ha demostrado ser falsa: el cannabis produce toxicidad cerebral y en otras partes del organismo, como los pulmones, de forma probada, con lo que también presenta un peligro para la salud de quien lo consume.
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