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Mi hijo fuma porros: ¿qué puedo hacer?

Muchos padres buscan ayudar a sus hijos a dejar el cannabis, ya que son miles de adolescentes cada año los que comienzan a consumir esta droga. Lejos de ser una droga inofensiva, el cannabis es altamente perjudicial para la salud de los jóvenes, pudiendo interferir, incluso, en el desarrollo de su cerebro. Por ello es normal la preocupación cuando un padre acude a un profesional, preocupado, preguntando: “¿Qué puedo hacer si mi hijo fuma porros?”

 

El cannabis: la droga adolescente por excelencia.

En el pasado año 2022, 156.000 estudiantes de la ESO comenzaron a fumar cannabis, 1 de cada 3 adolescentes. Según un estudio del Ministerio de Sanidad, el 15% de los jóvenes de 14 a 18 años ha fumado porros en el último mes.

Cada vez son más los padres y madres que acuden en busca de ayuda urgente asegurando que: “mi hijo fuma porros”.

La preocupación de estos padres no es para menos, ya que el cannabis es una droga con un alto compuesto psicoactivo llamado THC (tetrahidrocannabidol), que puede tener consecuencias devastadoras sobre la salud del adolescente.

El THC altera el funcionamiento del hipocampo y la corteza orbitofrontal, por tanto, reduce la capacidad de pensar, aprender y realizar determinadas tareas. El THC, como sucede con otras drogas, activa el sistema de recompensa cerebral, liberando dopamina en exceso de una forma que no es natural, iniciándose así la adicción, haciendo que el consumidor deje de sentir placer si no es por medio del cannabis.

 

Mi hijo fuma porros: consecuencias a corto plazo

Cuando un padre o madre descubre que su hijo fuma porros, busca información acerca de los síntomas y efectos que estos provocan en el adolescente.

Si tu hijo fuma porros, debes saber que los efectos a corto plazo y a largo plazo son diferentes.

Cuando un progenitor acude a un especialista asegurando: “mi hijo fuma porros”, es importante que el profesional informe detalladamente sobre los efectos que el cannabis produce en su hijo y las consecuencias que puede tener.

A corto plazo, el cannabis provoca una disminución y pérdida de la memoria, alteración de coordinación, alteración de la realidad y cambios de estado de ánimo.

Mi hijo fuma porros: consecuencias a largo plazo

A largo plazo los efectos del cannabis pueden ser muy graves, por tanto, es normal la preocupación de los padres si su hijo fuma porros.

A medio y largo plazo puede derivar en trastornos emocionales y psicológicos como ansiedad y depresión, problemas para relacionarse, adicción, fracaso escolar e, incluso, un brote psicótico.

Cuando el consumo de cannabis se inicia a una edad temprana como es la adolescencia, donde el cerebro aún no ha terminado de desarrollarse, se pueden producir modificaciones en su desarrollo.

Es importante que el especialista que atiende a los progenitores que acuden a consulta preocupados porque “mi hijo fuma porros”, informe asimismo del peligro de desarrollar enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

 

Mi hijo fuma porros: ¿por qué empiezan a fumar los adolescentes?

Cuando a un progenitor acude en busca de ayuda, preocupado porque “mi hijo fuma porros”, una de las primeras preguntas que se cuestiona es “¿por qué?”.

Existen diversos motivos por los cuales un adolescente puede iniciar el consumo de cannabis y es necesario indagar en ellos.

La razón más habitual es por tratar de encajar en un grupo social. Tras ello, probablemente se escondan motivos emocionales y psicológicos, puede haber muchos sentimientos no gestionados debajo del intento de encajar en un grupo social, es importante escuchar al adolescente y entender estos sentimientos.

Otros motivos habituales del uso del cannabis en adolescentes es usarlo como vía de escape, emplearlo como método para tranquilizarse o como sedante, usarlo de forma recreativa o simplemente consumirlo por inconsciencia y desconocimiento.

En cualquier caso y sea cual sea el motor que impulse al adolescente a fumar porros, el papel del progenitor será fundamental para abordar el problema y que el hijo pueda superar la adicción.

 

Mi hijo fuma porros: ¿qué puedo hacer?

Descubrir que “mi hijo fuma porros” es una de las mayores preocupaciones y temores que tiene todo padre. Cuando esto ocurre, es normal no saber cómo actuar y hacerlo a veces, del modo equivocado, consiguiendo, incluso, el efecto contrario en e adolescente.

Es importante no caer en las tres tendencias que suelen tener los padres:

  • No banalizar el tema, es decir, no restarle importancia. Muchos padres piensan que, si se aborda el asunto desde una perspectiva de “amigo” y se le quita peso, el adolescente dejará de fumar o será más fácil de hablar con él.
  • No castigar ni imponerse autoritariamente, a la fuerza y sin hablar. Algunos padres toman la postura del “policía”, que castiga y persigue. Pero esto suele empeorar la situación y generar una resistencia en el adolescente.
  • Otra postura poco recomendable es la de dramatizar excesivamente.

Lo mejor, según algunos consejos de especialistas, es tratar de mantener una conversación asertiva y empática con el menor. Escuchar al joven con paciencia, entender sus motivos, ayudarle con esas razones que exponga ya sean emocionales o recreativas, explicarle por qué fumar porros es peligroso y perjudicial para su salud e intentar acompañarle cariñosamente en el proceso de desintoxicación.

 

Tratamientos y métodos para dejar el cannabis

No existe aún un tratamiento farmacológico para dejar los porros, solo fármacos que ayudan a tratar los síntomas del síndrome de abstinencia como la ansiedad o la depresión.

Sin embargo, sí hay métodos que han demostrado ser muy efectivos para superar la adicción, por tanto, cuando un padre asegura que “mi hijo fuma porros” es importante que también sepa que tiene solución y puede superarlo.

 

Psicoterapia

La psicoterapia con un terapeuta especializado en adolescentes y en adicciones, será fundamental si tu hijo fuma porros.

La adicción al cannabis, como hemos mencionado anteriormente, suele tener causas subyacentes psicológicas y emocionales que es necesario tratar adecuadamente.

Además, si tu hijo fuma porros, es probable que tarde o temprano le provoque otros trastornos psicológicos como depresión y ansiedad que también debe tratarlos un especialista.

La terapia cognitivo-conductual suele resultar muy efectiva en el proceso de desintoxicación y deshabituación del cannabis.

 

Estimulación Magnética Transcraneal

La Estimulación Magnética Transcraneal o EMTr es la última y más innovadora técnica para tratar las adicciones, la que mejores resultados ha demostrado ofrecer en los últimos 20 años.

Esta técnica indolora genera un campo magnético que incide en el cerebro a través de estímulos eléctricos. Estos estímulos actúan sobre los circuitos de recompensa cerebrales, que son los responsables directos de la adicción.

La EMTr consigue reducir el craving o “mono” en cuestión de días, ya que actúa directamente sobre la raíz del problema, la parte neurológica.

Es un tratamiento aprobado ya por la Unión Europea que ha demostrado resultados excelentes con altísimas tasas de éxito.

Es seguro, indoloro y ambulatorio, lo que permitirá al adolescente continuar con sus rutinas habituales en el colegio y cerca de su familia. Además, no tiene efectos secundarios ni a corto ni a largo plazo.

En Newline hemos tratado con éxito a más de 200 pacientes desde que comenzamos y nos aseguran que, gracias a la EMTr se sienten fuertes y seguros y han superado la adicción.

 

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