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Vivir con un cocainómano: ¿cómo actuar?

Vivir con un cocainómano no es nada fácil. La familia, pareja o hijos de un adicto, que comparten vivienda con él/ella, sufren a diario tratando de ayudarles a dejar la cocaína y viéndose afectados por la adicción. Existen algunos consejos que pueden servir de ayuda a los familiares para facilitar la convivencia.

El desarrollo de la adicción: ¿cómo comienza?

Lo más complicado de vivir con un cocainómano, no es el consumo en sí mismo, sino la adicción y todo lo que esta enfermedad acarrea.

La adicción no es un vicio sino una patología grave y crónica que se desarrolla a medida que se consume y que, pese a lo que muchos crean, no se puede controlar.

El poder altamente adictivo de la cocaína se debe a que esta genera enormes explosiones de dopamina en el cerebro. La cocaína se adhiere a la proteína encargada de transportar y reciclar este neurotransmisor y, por tanto, provoca que este se acumule, dando lugar a los efectos eufóricos y placenteros iniciales.

La dopamina está directamente implicada en el sistema de recompensa cerebral, por tanto, cuando se consume cocaína y se sobreestimula el sistema dopaminérgico constantemente, este sistema acaba atrofiándose. El cerebro deja de poder producirla de forma natural y en cantidades adecuadas y, además, se alterará también su funcionamiento.

Por tanto, el cocainómano necesitará consumir de nuevo, una y otra vez, para sentirse bien. Además, poco a poco irá aumentando su tolerancia a la droga, esto significa que la cantidad que consumía al principio ya no le hará efecto y tendrá que aumentar las dosis cada vez más, teniendo que tomar, finalmente, cantidades ingentes de droga.

De este modo comienza la adicción.

Vivir con un cocainómano: ¿cómo identificar la adicción?

En ocasiones, vivir con un cocainómano no es fácil de identificar, especialmente cuando este es un ser querido, ya que es difícil asumir el problema.

Sin embargo, las conductas del adicto y determinadas situaciones hacen saltar las alarmas y es importante reconocerlas.

Cuando antes se identifique la adicción, antes se puede intervenir para tratar de que el adicto decida realizar un tratamiento.

Algunos de los síntomas y señales que se pueden observar y que implican vivir con un cocainómano, son las siguientes:

  • Síndrome de abstinencia

Una de las señales más claras de que se ha desarrollado una adicción y que podrás reconocer rápido al vivir con un cocainómano, es el síndrome de abstinencia. Al detener el consumo o reducirlo, el adicto experimentará síntomas como ansiedad, depresión, irritabilidad, fatiga, malestar, “craving” o deseo compulsivo de consumo…

  • Cambios drásticos e irracionales en el estado de ánimo

Al vivir con un cocainómano los cambios abruptos de ánimo se pueden observar a menudo. La adicción suele ir acompañada de cambios bruscos e irracionales de estado de ánimo que pueden ir de la alegría a la tristeza o la ira en un corto periodo de tiempo.

  • Gran energía seguida de un “bajón”

Cuando se consume cocaína a diario o frecuentemente, se pueden observar “subidones” de energía o hiperactividad, que van seguidos de “bajones” profundos y gran cansancio. Cuando la adicción avanza, los adictos se vuelven dependientes de la droga para mantener unos niveles de energía mínimos.

  • Pérdida de empleo o problemas de dinero

Una de las señales que se pueden identificar rápidamente al vivir con un cocainómano son los problemas económicos, que suelen ir acompañados de bajo rendimiento laboral, pérdida de empleo, o una red de mentiras que comienzan a urdir para poder seguir manteniendo económicamente la adicción.

  • Aislamiento, cambios de comportamiento y problemas con las relaciones

Se podrán observar en el adicto conductas como aislamiento social o cambio de círculo de amigos, cambios alimenticios, alteraciones del sueño, mentiras, conflictos y abandono de hobbies o actividades.

Vivir con un cocainómano: ¿cómo actuar?

No es fácil vivir con un cocainómano, la mayoría de familiares o parejas que se enfrentan a esta situación no saben cómo actuar y sufren diariamente.

Es importante, principalmente, no culpabilizarse a uno mismo ni al adicto por la situación, así como no forzarle u obligarle a dejar la droga.

Algunos de los consejos que dan los especialistas para poder vivir con un cocainómano son:

  • No perseguirles ni ejercer de autoridad o policía, ya que la adicción es una enfermedad que, por más que se quiera, uno no puede controlar.
  • Evitar ver películas o contenido relacionado con drogas, aunque sea en las noticias.
  • No consumir ningún tipo de droga en el hogar.
  • Tratar de mantener la calma y no tomarse personal los ataques o cambios de humor.
  • No darles dinero, ya que este irá destinado a la compra de cocaína.
  • Mantener en orden la casa y que el hogar sea un entorno limpio y confortable ayudará.
  • Continuar con tu vida y que el adicto no se convierta en el centro de todo.
  • Tratar, sin forzar, de hablar de forma empática y asertiva con el adicto sobre la posible búsqueda de un tratamiento.

 

Tratamientos para la adicción a la cocaína

Lo mejor que podemos hacer al vivir con un cocainómanos es tratar, pacientemente y sin obligarles, de que tomen la decisión de realizar un tratamiento.

La adicción, como ya hemos visto, es una enfermedad grave que puede acabar con la vida del adicto y condicionar profundamente la de sus seres queridos o personas que convivan con él.

Además, causa severos estragos sobre la salud física y mental con el paso del tiempo.

Aún no se ha hallado un medicamento que consiga curar definitivamente la adicción, sin embargo, sí existe un tratamiento no farmacológico con una altísima tasa de éxito y efectividad que lleva usándose más de 20 años para tratar la adicción a la cocaína y otras sustancias: la Estimulación Magnética Transcraneal.

 

Estimulación Magnética Transcraneal

La EMTr es un tratamiento específico para tratar las adicciones que lleva usándose más de 20 años y está aprobado por la Unión Europea con una altísima tasa de éxito y eficacia.

Este es el único tratamiento disponible que consigue actuar directamente sobre la verdadera raíz de la adicción: la parte neurológica.

De este modo, trabajando sobre el origen del problema, los resultados se obtienen muy rápido. Al cabo de pocos días de tratamiento el adicto notará cómo se reducen drásticamente sus ganas de consumir.

Pero ¿cómo funciona la EMTr? A través de una bobina que se coloca sobre el cráneo y emite ligeros estímulos electromagnéticos. Estos alcanzan el cerebro de forma totalmente indolora y reparar las zonas neuronales que han sido dañadas por la cocaína. Además, consiguen reequilibrar el funcionamiento de los neurotansmisores, entre ellos, la dopamina.

Este es un tratamiento completamente seguro y, a diferencia de la medicación, no provoca ningún efecto secundario.

Además, es ambulatorio, por lo tanto, no requiere de ingreso en un centro de desintoxicación y puede compaginarse fácilmente con la rutina habitual.

En Newline somos pioneros en España en el uso de esta técnica, el primer centro especializado en EMTr.

Nuestro equipo de psiquiatras especializados en adicciones lleva a sus espaldas décadas de experiencia. Llevamos años tratando a pacientes con problemas de adicción que, gracias a nuestro equipo y a la EMTr han conseguido superar de forma definitiva.

 

 

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